Cuando las personas deben elegir entre resultados ciertos su decisión es sencilla: se opta por la alternativa de mayor beneficio. Por ejemplo, cualquier individuo prefiere ganarse en un concurso $2 millones que $1 millón. Sin embargo, el hacerlo elegir entre dos o más loterías puede llevarlo a cometer errores de apreciación importantes.
Para ilustrar lo anterior, se le ha pedido a un número importante de personas que tomen una decisión frente a la siguiente circunstancia. La aplicación de una cierta regulación ambiental pone a 60 empresas en riesgo de quiebra. Para enfrentar el problema se diseñan cuatro planes de apoyo: A, B, C y D. Se sabe que el plan A rescatará sólo a 40; el plan B hará quebrar las 60 empresas con probabilidad 1/3 o las rescatará a todas con probabilidad 2/3; el plan C rescatará a todas las empresas con probabilidad 2/3 o no rescatará a ninguna con probabilidad 1/3; y el plan D hará que sólo quiebren 20 empresas. Con el objeto de facilitar el proceso de decisión, primero se le solicita al que toma la decisión que elija entre A y B su alternativa preferida. A continuación la persona debe elegir entre C y D. Finalmente la persona debe optar por el mejor de los dos planes previamente elegidos.
Nótese que los planes A y D son idénticos, al igual que los planes B y C. A pesar de ello, se observa que muchas personas, incluso de alto nivel educacional, eligen A entre A y B, y luego eligen C entre C y D, decisión que es inconsistente. Igualmente resulta inconsistente elegir primero B y luego D.
Al igual que en este experimento, existe un conjunto de decisiones en presencia de incertidumbre que son tomadas con apoyo de modelos basados en probabilidades. En tales casos se supone que todos los elementos de decisión son tratados de manera objetiva, por lo que el resultado del análisis debería ser confiable. Sin embargo, con frecuencia tanto la estimación como la interpretación de la probabilidad de un cierto evento es el resultado de una evaluación subjetiva.
Diversos experimentos “de laboratorio” de disciplinas tales como el Análisis del Comportamiento y la Psicología Cognitiva han detectado que gran parte de las personas toman decisiones sub-optimas debido a diversos sesgos de evaluación de la incertidumbre. Esto significa que en situaciones menos controladas como la empresa o la política esto también debería ocurrir, con el consiguiente perjuicio para los actores involucrados. El objetivo de este artículo es analizar algunos mecanismos que utilizan las personas para estimar la probabilidad de un cierto suceso, de manera de poder identificar cuándo podrían producirse sesgos en situaciones de tomas de decisión.